Hace casi una década fundé TransparentBusiness, la plataforma para gestionar el trabajo remoto que en 2020 alcanzó una valuación de 1.000 millones de dólares, lo que la convierte en una de las 488 compañías del mundo con estatus de unicornio y a mí en la primera mujer latinoamericana en lograr este hito. Y lo hice en plena pandemia, hackeando el sesgo de género en el financiamiento y desafiando la triste realidad de que sólo el 2% del capital de riesgo invertido va a mujeres emprendedoras. El camino no ha sido fácil y aún queda mucho por recorrer y metas importantes para cumplir, como por ejemplo tocar la campana en la bolsa en Nueva York antes del fin de año.
Estas son algunas de las lecciones más importantes que aprendí en el camino.
- Apostarle a la pasión. Lo primero es encontrar una causa que te apasione, lo que te hace latir el corazón. Emprender se trata de encontrar una pasión y transformarla en una idea de impacto. Es un camino de esfuerzo y coraje permanentes que sólo se sostiene si está fundado en aquello que te gusta mucho hacer. Estoy convencida de que la clave del éxito financiero de un emprendimiento radica en que el objetivo no esté puesto en ganar dinero sino en su impacto social, económico y ambiental (#people, #profit y #planet). TransparentBusiness nació como una solución para facilitarle oportunidades de trabajo flexible a millones de mujeres: este es el motor de mi negocio y de mi día a día como emprendedora.
- Reconocer tu talento y capacidad. Se llama “Síndrome del Impostor” al trastorno por el cual una persona es incapaz de aceptar sus logros. Puede afectarle a cualquier mujer en cualquier posición o empleo, pero se hace evidente en la situación de pedir financiación para un proyecto personal. Las mujeres obtenemos históricamente menos financiamiento que los hombres, pero también pedimos menos. Si sos una mujer en busca de financiamiento, te aconsejo que aprendas a pedir: que te prepares hasta sentirte cómoda hablando de dinero y capaz de negociar, lo que también incluye decir no. Las mujeres todavía pedimos con timidez y a menudo buscamos recaudar la cantidad mínima necesaria para llevar adelante nuestro emprendimiento.
- Crear una marca personal. Después de encontrar la idea de negocio, la emprendedora tiene que trabajar en su narrativa (storytelling) y pensar en las plataformas que va a usar para amplificar su mensaje. La clave es entender cuál es tu negocio, cuál es tu visión, cómo vas a articular y crear tu propia historia. Aunque en muchos aspectos somos buenas conversadoras, a la narrativa de las mujeres que emprenden puede faltarles solidez. Es importante ofrecer algo de valor para la audiencia. Con un mensaje verdadero, y a través de los canales correctos, es seguro que tu marca personal va a tener impacto. Y, si lo tiene, va a tener éxito.
- Doblar las reglas sin quebrarlas (Skirt the rules). En nuestras rondas de financiamiento, aplicamos esta idea: la de doblar las reglas tradicionales sin quebrarlas. Nosotros salimos a levantar capital a través de una Oferta Privada Global de Acciones, una herramienta legal que permite publicitar la venta de acciones de una empresa Pre-IPO a inversores acreditados en los Estados Unidos y a otros inversores del mundo. La estrategia fue democratizar el acceso a la inversión para armar un ejército internacional de embajadores de la marca. El concepto es tan poderoso que así bautizamos a la comunidad de emprendedoras que lanzaremos próximamente y que reunirá a las mujeres emprendedoras de todo el mundo para compartir herramientas, técnicas y conocimientos que las ayude a llevar su negocio al siguiente nivel.
- Crear una red de contactos. Para emprender con éxito, es muy importante crear relaciones y capital social. Los negocios son un deporte de contacto: si uno no puede establecer relaciones genuinas de mutuo beneficio no puede hacer negocios. Hay que construir relaciones para arriba, con mentores o sponsors que nos ayuden a posicionar nuestra marca, pero también para abajo, dándonos a conocer.
- Resiliencia. ”Ser valiente no es no tener miedo. Es dominarlo. Es volver a levantarnos después de la última caída”, dijo Arianna Huffington, un modelo de emprendedora. Emprender no es fácil y muchas veces quiere decir sobreponerse. Pero mostrar convicción y adaptabilidad son elementos clave para lograr financiación. A la hora de presentar el proyecto ante los inversores, la emprendedora debe mostrarse ganadora. Debe comunicar bien que sabe lo que está haciendo y que no va a parar hasta lograr lo que está diciendo que va a lograr. Porque, al final del día, los emprendedores tienen una responsabilidad con la sociedad, de crear compañías de impacto, pero también una responsabilidad con sus inversores, de hacer realidad su plan de negocio. Construir credibilidad es otra puerta al éxito.
Los números de las mujeres
- Sólo el 2% del capital de riesgo se invierte en mujeres emprendedoras.
- Apenas 0,4% de los fondos en capital de riesgo se destina a startups lideradas por mujeres latinoamericanas.
- Sin embargo, por cada dólar de financiamiento, las mujeres generan 78 centavos de ganancia y los hombres, sólo 31.
- Financiar mujeres es sinónimo de mayor desarrollo económico: un estudio de BCG revela que apoyar a las mujeres emprendedoras aportaría hasta 5 billones de dólares a la economía (entre el 3 y 6% del PBI global).