Mi participación como mentora en la primera master class en este reality show fue muy interesante, debido a que es el primer programa de este tipo. Además, ser parte de esta gran revolución de emprendedurismo femenino y poder compartir mis experiencias personales con mujeres tan talentosas no tiene precio.
Para todas aquellas mujeres emprendedoras que son atacadas por el síndrome del impostor quiero que sepan que nuestro camino es un poco más difícil pero no imposible, siempre debemos pensar en cómo vamos a reinventar las reglas impuestas por la sociedad, que claramente no son para favorecernos.
Empoderar a las mujeres requiere de grandes esfuerzos en numerosas dimensiones y promover este camino y la capacidad empresarial de las mujeres es uno de mis mayores objetivos.
Pero también es importante que recibamos apoyo económico y financiero que nos respalde a la hora de levantar capital. En recientes estudios, ha quedado demostrado que las mujeres emprendedoras reciben menos apoyo financiero que los hombres, evidenciando así la inequidad que existe debido al género.
“La verdadera independencia radica en la independencia económica”
El “Impulso Covid”
Uno de los aspectos positivos que nos dejó el COVID fue permitirnos re-estructurar nuestros negocios para permitirlos escalar a otros niveles mucho más exponenciales.
En este momento los negocios son mucho más ágiles, más económicos, productivos y mucho más globales, el COVID fue la tormenta perfecta para la transformación digital y la revolución tecnológica que hoy estamos viviendo.
Como emprendedora también tuve maestros y maestras de los cuales he aprendido durante mi camino y esto me llevo a una conclusión: SKIRT THE RULES.
SKIRT THE RULES
Se trata de algunos conceptos claves que me ayudaron en mi desarrollo profesional como emprendedora aprendiendo de otras personas y de mi propia experiencia.
Este término significa ponerle falda a las reglas, hacer las cosas como las mujeres las sabemos hacer, con pensamientos apasionados, laterales, con una mirada sensible, holística, emocional, pero también significa doblar las reglas sin quebrarlas, porque estas no se crearon para ver como nos iban a favorecer a las mujeres emprendedoras.
Nosotras hasta hace poco tiempo no existíamos en el mercado laboral, por eso necesitamos re-pensar las reglas.
A pesar de todas las negativas que recibí al inicio de mi carrera, y todos los sacrificios que este camino implico me hicieron entender que tenía que cambiar las reglas, redefiniendo como iba a hacer las cosas y teniendo en cuenta como serían las métricas del éxito.
Como emprendedora tecnológica siempre tuve en cuenta que debía definir mis metas para poder triunfar en una sociedad diseñada por hombres y para hombres.
Una de las maneras como reinventé mis propias reglas fue crear una compañía que nunca ha tenido oficinas, le di la oportunidad a talentos alrededor del mundo que se concentraba en la contratación de mujeres debido al alto índice de abandono de empleos.
Ya que las mujeres deben escoger en muchos casos entre su vida laboral, familiar o profesional.
PENSAR EN GRANDE
Es importante que pensemos en grande, tenemos que creer en lo que hacemos, porque si nosotras no creemos en nuestros proyectos nadie más lo va hacer, y lo fundamental es tener una visión clara, porque es esa visión la que nos va a encaminar a lograr el éxito.
Solo las compañías grandes generan grandes impactos por eso es importante que visualicemos nuestras empresas como lugares que pueden transformar el mundo, que pueden transformar el país, que pueden transformar tu ciudad.
Cuando pensamos en grande y presentamos una visión, le ofrecemos a las personas la posibilidad de hacer parte de algo que va a cambiar la historia, y esto desencadena en generar más talento interesante y ser más atractivo para los inversionistas.
Un concepto que debemos tener en cuenta es cómo construimos Capital Social, ya que esto nos va a permitir entender con quién queremos conectar, con qué clase de personas construimos relaciones.
Capital Social y Networking
“El activo más importante que tiene un emprendedor, ya sea hombre o mujer, es la capacidad de que los demás crean en ti”.
Por eso es importante pensar cómo construimos nuestras red de contactos, cómo construimos credibilidad, los negocios son un deporte de contacto, y para mí, este concepto ha sido de vital importancia porque me ha permitido construir a través de alianzas, de intereses, de cooperaciones la compañía que hoy en día tengo.
También entendiendo que debemos saber quién es nuestra audiencia para poder tener la narrativa adecuada y generar un mensaje claro y conciso generando una buena estrategia de comunicación.
Poder ser parte de un programa de televisión que dejar en evidencia todos estos desafíos a los que las mujeres nos enfrentamos con el fin de sacar nuestros negocios adelante es algo ejemplar, a la sociedad se le debe educar y a las mujeres se nos debe tener en cuenta como un igual.
Este tipo de espacios son muy importantes porque necesitamos tener más acceso a oportunidades, más democratización de capital para invertir en nuestros proyectos, y este tipo de ventanas generan un impacto positivo en la sociedad, sobre todo para las mujeres emprendedoras.
