En la última década, las criptomonedas pasaron de ser una afición de entusiastas de la tecnología a un método cada vez más popular de inversión y un medio de pago cuya aceptación aumenta constantemente. Una encuesta de Deloitte lo evidencia: el 75% de los retailers se preparan para aceptar cripto como medio de pago y más de la mitad de ellos ya han invertido en adaptar sus plataformas para hacerlo posible.
Como dije en mi reciente artículo en Newsweek, esta es una muestra más de cómo la adopción de las criptomonedas supera las constantes actas de defunción que los alarmistas les imponen y que no llegan a materializarse. Por el contrario, quienes son capaces de tener visión a largo plazo están probando que las aplicaciones del cripto son tan valiosas como llenas de potencial y el mercado sigue ganando valor, en medio de las debilidades que demuestra el dinero FIAT.
Precisamente, uno de los grandes impactos del cripto ha sido convertirse en el vehículo de quienes viven en países con alta inflación para proteger sus ingresos. En Turquía, Argentina y Líbano,el público puede comprar stablecoins para evitar que sus ingresos se deprecien a la velocidad que lo hace la moneda FIAT. Pero, como comentaba en mi columna en Forbes, quienes cambian su dinero a cripto de primera generación y esperan ganancias a corto plazo, podrían llevarse decepciones debido a la volatilidad del mercado.
Una opción para ellos sería entonces invertir en cripto de nueva generación y a largo plazo, con la estabilidad afianzada en su respaldo en activos. Estas no son anónimas como sus predecesoras y se perfilan como la alternativa tanto al dinero FIAT y sus problemas de inflación, como a la volatilidad extrema de las primeras criptomonedas. Se trata de criptoactivos auditados, capaces de potenciar el acceso a la riqueza, incluso en sectores de la población que han sido tradicionalmente excluidos por el sistema bancario. Para muchos, la pregunta ya no es si el cripto es el camino, sino en cuánto tiempo podría afianzarse como la opción preferida del público.